La ciencia que estudia la práctica de la agricultura es la agronomía.
Antigua Agricultura
Trilla de cereales en el antiguo Egipto.
El
Creciente Fértil de Oeste de Asia,
Egipto e
India
fueron los sitios de la primera siembra y cosecha planificada, de
plantas que habían sido recogidas previamente en la naturaleza. El
desarrollo y la independiente de la agricultura se produjo en el norte y
sur de
China, en el
Sahel de
África, en
Nueva Guinea y en varias regiones de las
Américas. Los ocho cultivos llamados fundadores del
Neolítico de la agricultura, fueron en primer lugar los
cereales:
trigo "
espelta", el trigo "mocho", luego la
cebada; las
leguminosas:
guisantes,
lentejas,
yeros,
garbanzo; y el
lino.
En el año 7000 a.C., la naciente agricultura llegó a
Egipto.
Por lo menos desde 7000 a.C., en el subcontinente indio se cultivó
trigo y cebada, como lo demuestran excavaciones arqueológicas en
Mehrgarh en
Baluchistán, en lo que hoy es
Pakistán.
En el año 6000 a.C., la agricultura campesina se atrincheró en las orillas del
Nilo. Esto debido al poco desarrollo aún de las técnicas de
riego. Durante este tiempo, la agricultura se desarrolló de forma independiente en el
Lejano Oriente, con el
arroz, en lugar de trigo, como cultivo principal. Los agricultores de
China e Indonesia lograron domesticar el
taro o papa china (
Colocasia esculenta) y el
frijol mung (
Vigna radiata), la
soja y el azuki (
Vigna angularis). Como complemento a estas nuevas fuentes de
hidratos de carbono,
una red de pesca altamente organizada en los ríos, lagos y las costas
del océano en estas áreas trajo consigo grandes volúmenes de proteínas
esenciales. En conjunto, estos nuevos métodos agrícolas y de pesca
originaron un auge de la población humana que empequeñeció todas las
expansiones anteriores y que continúa en la actualidad.
En 5000 a.C., los
sumerios habían desarrollado las principales técnicas agrícolas, incluyendo el cultivo intensivo de la tierra a gran escala, el
monocultivo, técnicas de
riego, y el uso de mano de obra especializada, particularmente a lo largo de la vía acuática ahora conocida como el
canal de Shatt al-Arab, del
delta de Golfo Pérsico a la confluencia de los ríos
Tigris y
Éufrates.
La domesticación de especies silvestres:
uros y
muflones en
ganado vacuno y
ovino,
respectivamente, dio paso a la utilización a gran escala de animales
para comida / fibra y como bestias de carga. El pastor se unió al
agricultor como un proveedor esencial para las sociedades sedentarias y
seminómadas. El
maíz, la mandioca y el
arrurruz fueron domesticadas por primera vez en el continente americano y se remontan al 5200 antes de Cristo.
Cómo nació la agricultura en el mundo
Campesino arando. Pintura en la tumba de Sennedyem, ca. 1200 a. C. Egipto
Inicios de la agricultura en diferentes regiones del planeta; sólo se
consideran las áreas de desarrollo primario no las que domesticaron
plantas por influjo de regiones que previamente habían desarrollado la
agricultura.
El inicio de la agricultura se encuentra en el período
Neolítico, cuando la economía de las sociedades humanas evolucionó desde la recolección, la
caza y la
pesca a la agricultura y la
ganadería. Las primeras
plantas cultivadas fueron el
trigo y la
cebada.
Sus orígenes se pierden en la prehistoria y su desarrollo se gestó en
varias culturas que la practicaron de forma independiente, como las que
surgieron en el denominado
Creciente Fértil (zona de
Oriente Próximo desde
Mesopotamia al
Antiguo Egipto), las culturas precolombinas de
América Central, la cultura desarrollada por los chinos al este de
Asia, etc.
Se produce una transición, generalmente gradual, desde la economía de
caza y recolección de productos agrícolas. Las razones del desarrollo
de la agricultura pudieron ser debidas a cambios climáticos hacia
temperaturas más templadas; también pudieron deberse a la escasez de
caza o alimentos de recolección, o a la
desertización de amplias regiones. A pesar de sus ventajas, según algunos
antropólogos,
la agricultura significó una reducción de la variedad en la dieta,
creando un cambio en la evolución de la especie humana hacia individuos
más vulnerables y dependientes de un enclave que sus predecesores.
La agricultura y la dedicación de las mujeres a una maternidad intensiva
3 permitieron una mayor
densidad de población
que la economía de caza y recolección por la disponibilidad de alimento
para un mayor número de individuos. Con la agricultura las sociedades
van sedentarizándose y la propiedad deja de ser un derecho sólo sobre
objetos móviles para trasladarse también a los bienes inmuebles, se
amplía la división del trabajo y surge una sociedad más compleja con
actividades artesanales y
comerciales
especializadas, los asentamientos agrícolas y los conflictos por la
interpretación de linderos de propiedad dan origen a los primeros
sistema jurídicos y gubernamentales. La nueva situación de la mujer,
recluida ahora a un espacio doméstico, la excluye de la economía y de la
vida social dando origen al
patriarcado.
Agricultura en la antigua Roma
En los primeros tiempos de Roma se cultivaban principalmente
cereales, leguminosas y hortalizas, pero en la época de la expansión
republicana e imperial la agricultura incluía, además del trigo (el
pan fue siempre la base de la alimentación) los otros dos elementos de la llamada
tríada o
trilogía mediterránea.
El campesino trabajaba con su familia, en un modelo literariamente
idealizado de vida sencilla (base de los valores morales, familiares y
públicos, y de la participación en la
res publica); pero con la expansión territorial, la continuidad del esfuerzo bélico, que exigía un prolongado servicio militar de los
ciudadanos, arruinó las pequeñas explotaciones en beneficio del
modo de producción esclavista.
En ese sistema se incluía la mayor parte de la producción agrícola,
tanto la de los modestos lotes de tierras repartidos a soldados
veteranos como los grandes
latifundios en manos de la
aristocracia senatorial. En la lenta transición del esclavismo al
feudalismo, a partir de la
crisis del siglo III, se sustituyeron los esclavos por siervos, y el Imperio se ruralizó, pasando las
villae rurales a ser centros autosuficientes, en perjuicio de las decadentes ciudades.
Las técnicas agrícolas se basaban en el uso del
arado romano, tirado habitualmente por bueyes, y en el sistema de
barbecho. Otros aportes fueron la
prensas de aceite, algunas técnicas de
regadío y de
abono.
Edad Media
A lo largo de la
Edad Media
europea,surgen importantes innovaciones tecnológicas que aportarán
algunos elementos positivos al trabajo de los campesinos. Las
principales innovaciones en la agricultura medieval se debieron al mayor
dinamismo del modo de producción feudal, que suponía para los
siervos un mayor incentivo en la mejora de la producción que para los esclavos. Las
Partidas de
Alfonso X de Castilla definen a los campesinos dentro de la
sociedad estamental como los
que labran la tierra e fazen en ella aquellas cosas por las que los hombres han de vivir y de mantenerse. Este campesinado activo fue la fuerza fundamental del trabajo en la sociedad medieval.
La introducción del uso de arados pesados (con ruedas y
vertedera) permitió un cultivo más profundo de los suelos del norte de Europa (se incorporó a lo largo del
siglo XI en las regiones al norte de los
Alpes, mientras que los suelos frágiles de la zona mediterránea seguían vinculados al
arado romano). Los
molinos hidráulicos (posteriormente los de viento introducidos desde
Persia) incrementaron de forma importante la productividad del trabajo, al igual que la mejora paulatina de los
aperos agrícolas, como nuevos tipos de
trillos,
hoces y
guadañas.
El cambio del
buey por el
caballo como
animal de tiro fue el resultado de dos avances tecnológicos —el uso de la
herradura y el desarrollo de la
collera—
que permitían al caballo tirar de mayores cargas más fácilmente. Esto
aumentó la eficiencia del transporte por tierra, tanto para el comercio
como para las campañas militares, y sumado a la mejora general de la red
de carreteras aumentó las oportunidades comerciales para las
comunidades rurales mejor comunicadas. En algunas zonas con tierras
especialmente fértiles, se introdujo la
rotación de cultivos de tres hojas (
rotación trienal, asociando un cereal de primavera o una
leguminosa a un cereal de invierno), lo que reducía al 33 en vez de al 50% la necesidad de barbecho frente al sistema de
año y vez, aumentando la producción y haciéndola más
diversificada. La posibilidad de abonado, estaba restringida a la disponibilidad de
ganadería
asociada, que, en las zonas y periodos en que se incrementó, tuvo un
importante impacto en la vida campesina, aunque no siempre positivo para
los agricultores, cuyos intereses estaban en contradicción con los de
los ganaderos, habitualmente de condición privilegiada (el
Concejo de la Mesta y asociaciones ganaderas similares en los reinos cristianos peninsulares). El ejemplo de los
monasterios, especialmente de la
Orden benedictina expandidos por toda Europa occidental (
Cluny y
Císter), extendió prácticas agrícolas, de gestión de las propiedades y de industria alimentaria. En zonas de Europa meridional (la
Sicilia y la
España musulmanas), los árabes introdujeron mejoras agrícolas, especialmente en sistemas de regadío (
norias de Murcia,
acequias de Valencia), el aprovechamiento de las laderas (
bancales de las
Alpujarras), zonas inundables (
arroz) y el cultivo intensivo de
huertas, con la generalización de los
frutales mediterráneos (
naranjos,
almendros) y todo tipo de
verduras,
que caracterizarán el estereotipo de la alimentación de los campesinos
sometidos de estas zonas, de origen musulmán, frente a los
conquistadores cristianos (
villano harto de ajos llamaba
Don Quijote a Sancho).
Estos cambios causaron un crecimiento, tanto en la variedad como en
la cantidad de las cosechas, que tuvo efectos importantes en la dieta de
la población. El campo fue el gran protagonista en la
Plena Edad Media
europea. Los recursos que aportaba la agricultura y la ganadería eran
la base de la economía y la tierra era el centro de las relaciones
sociales, siendo la distribución de sus excedentes la que permitió la
revolución urbana que se vivió entre los siglos
XI y
XIII, cumbre del periodo denominado
óptimo medieval,
beneficiado por un clima especialmente benigno. La tasa de crecimiento
promedio interanual de la población europea durante el período 1000-1300
fue de 0,2%. Entre las causas de la reducción de la tasa de mortalidad
que permitió ese crecimiento, leve pero sostenido, se ha sugerido la
mejora en la alimentación producto de la incorporación del octavo
aminoácido, gracias al consumo de la
lenteja.
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La expansión agrícola de las tierras cultivables se hizo a costa de
la reducción de la superficie del bosque y de la incorporación de
tierras marginales y aunque contribuyó al crecimiento de la producción
de alimentos, inevitablemente conducía a las consecuencias negativas de
la
ley de los rendimientos decrecientes, lo que estuvo entre las causas lejanas o precondiciones de la
crisis del siglo XIV.
A pesar de los progresos, la agricultura medieval manifestó siempre
signos de precariedad debido a la imposibilidad de realizar la inversión
productiva de los excedentes (extraídos en forma de
renta feudal por la nobleza y el clero) y su estrecha dependencia de las condiciones naturales.
Edad Moderna
Durante el
Antiguo Régimen
los países del sur y este de Europa prolongaron el sistema económico
feudal, especialmente en la agricultura, pudiéndose hablar de una
refeudalización evidente desde la
crisis del siglo XVII,
en que se reafirmó la posición predominante de los señores frente a los
campesinos, que seguían siendo la inmensa mayoría de la población, pero
que no tenían posibilidad de iniciar la
acumulación del capital
necesaria para la transformación agraria. En cambio, en la Europa
noroccidental, especialmente en Holanda e Inglaterra, los cambios
sociales y políticos (
revolución burguesa) se vieron acompañados en el campo por una
revolución agrícola previa a la
Revolución Industrial del siglo XVIII, que intensificó los cultivos, aumentando los rendimientos gracias a mejoras técnicas y productivas (
rotación de cultivos de cuatro hojas de
Waasland; aperos de
Jethro Tull) y a la introducción de nuevos cultivos.
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La
integración de la economía mundial tras la
era de los descubrimientos permitió un intercambio de cultivos a nivel planetario: productos del
Viejo Mundo, tanto de zonas templadas como el trigo y la vid, como de zonas cálidas como la
caña de azúcar, el
algodón y el
café, fueron introducidos con éxito en América; mientras que productos del
Nuevo Mundo como el
maíz, la
patata, el
tomate, el
pimiento y el
tabaco diversificaron la agricultura europea y del resto de los continentes. Ya en época industrial, la explotación del
caucho,
restringida inicialmente a la silvicultura amazónica, también se acabó
extendiendo a otras zonas ecuatoriales a pesar de todo el cuidado que se
puso en impedirlo.
Edad Contemporánea
La ideología del
liberalismo económico propugnó la liberación del mercado de tierras y la imposición de la
propiedad privada sobre ellas, con distintas manifestaciones según los países (
enclosures en Inglaterra desde el siglo XVIII; en España supresión de
mayorazgos y
señoríos desde los
Cortes de Cádiz,
desamortización de
Mendizábal en 1836). La formación de
mercados nacionales
unificados implicaba la unificación de los pesos y medidas, y la
liberalización de los precios frente al anterior proteccionismo
mercantilista, tarea que el
despotismo ilustrado había iniciado desde supuestos
fisiócratas a mediados del siglo XVIII. La supresión de la
tasa del trigo en España en 1765 estuvo entre las causas del
motín de Esquilache, a partir de lo cual la lenta tramitación de una
Ley Agraria no llegó a resultados efectivos (
Informe de
Jovellanos, 1795). En el Imperio austríaco se produjo la abolición de la servidumbre (
José II, 1785), que en el Imperio ruso no llegó hasta 1861 (
reforma de Alejandro II). En Francia, la
Revolución de 1789
suprimió los derechos feudales, proporcionando una base de pequeños
propietarios pero con suficiente capacidad de capitalización, muy
implicados con su tierra, que caracterizó desde entonces la vitalidad y
especial fuerza social y política del campo francés. En Inglaterra, el
predominio de los terratenientes y la
gentry en el
Parlamento logró mantener hasta bien entrado el siglo XIX el proteccionismo de las
Corn Laws para evitar un descenso en el precio del trigo, en perjuicio de los industriales que patrocinaron la
Escuela de Mánchester.
Lo que sí se había producido es la drástica reducción de la población
activa agraria ante cada vez mayor productividad del trabajo. La falta
de expectativas de trabajo en el campo para una población creciente (
explosión demográfica), y la ruptura de las redes de solidaridad tradicionales en las parroquias rurales (
Poor Laws, desaparición de los
comunales -en España con la desamortización de
Madoz, 1855-) condujo a un imparable
éxodo rural que alimentó los suburbios de las ciudades industriales.
Barra de corte originalmente tirada por un caballo.
El uso de
abonos químicos (fosfatos, nitratos, etc.) la
mecanización y los estudios científicos de la
edafología y la
ingeniería agrícola
transformaron la agricultura, a finales del siglo XIX, en una actividad
similar a la industrial en cuanto a su conexión con la ciencia y
tecnología. No obstante, la dependencia de la climatología y la
periódica irrupción de plagas (
hambre irlandesa de 1845-1849, con afectación de la patata,
filoxera desde 1863, con afectación de la vid) produjo periódicas crisis agrícolas.
La división del mundo en
países desarrollados y
subdesarrollados
tuvo en la agricultura uno de sus aspectos: los primeros caracterizados
por una agricultura especializada y de mercado con altos rendimientos
(incluso en los denominados
países nuevos donde la presión de la
población sobre la superficie es menor); mientras que en los segundos se
produjo una división por zonas entre una agricultura de subsistencia de
explotaciones familiares con tecnología tradicional y sometida a la
presión del crecimiento demográfico, y una agricultura de plantación de
monocultivos destinados al mercado internacional, que también presiona sobre los cada vez más reducidos espacios naturales (
deforestación).
La
revolución verde
de la segunda mitad del siglo XX significó un salto cualitativo en la
tecnificación de la agricultura en todo el mundo, basándose en mejoras
tecnológicas avanzadas como las semillas de alto rendimiento, que a
finales de siglo XX experimentó un nuevo impulso con la
biotecnología (
OGM). Simultáneamente, la evolución generalizada hacia una agricultura de mercado produjo la cada vez mayor dependencia de los
plaguicidas
y el abonado intensivo, con graves problemas medioambientales como la
contaminación de suelos y acuíferos y una drástica reducción de la
biodiversidad; a lo que se ha pretendido responder con el planteamiento de una denominada
agricultura sostenible.
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Gran parte de la agricultura de muchas regiones del planeta precisa
de una cantidad enorme de trabajo humano, ayudado por muy pocos medios
técnicos, debido a la falte de capital para invertir en maquinaria,
abono químico, etc.
Actualidad
Maquinaria agrícola moderna.
Siglo XX, especialmente con la aparición del
tractor,
las exigentes tareas de sembrar, cosechar y trillar pueden realizarse
de forma rápida y a una escala antes inimaginable. Según la
Academia Internacional de Ingeniería de EE.UU. La mecanización agraria es uno de los 20 mayores logros de la
ingeniería
del siglo XX. A principios del siglo XX, en EE.UU. se necesitaba un
granjero para alimentar de 2 a 5 personas, mientras que hoy, gracias a
la tecnología, los agroquímicos y las variedades actuales, un granjero
puede alimentar a 130 personas. El costo de esta
productividad es un gran consumo energético, generalmente de combustibles fósiles.
La difusión de la radio y la televisión (medios de comunicación), así
como de la informática, son de gran ayuda, al facilitar informes
meteorológicos, estudios de mercado, etc.
Además de comida para humanos y sus animales, se produce cada vez con más amplia utilidad tales como
flores, plantas ornamentales,
madera,
fertilizantes,
pieles,
cuero, productos químicos (
etanol,
plásticos,
azúcar,
almidón), fibras (
algodón,
cáñamo,
lino), combustible (
biodiésel, el propio
etanol, que ahora ya se está obteniendo del
maíz), productos biofarmacéuticos, y drogas tanto legales como ilegales (
tabaco,
marihuana,
opio, cocaína). También existen plantas creadas por
ingeniería genética que producen sustancias especializadas (como, por ejemplo, el
maíz transgénico,
que, al igual que la obtención de etanol, está modificando la economía
de los cultivos de esta planta y la vida de las comunidades que de ella
siguen dependiendo).
La manipulación genética, la mejor gestión de los
nutrientes del
suelo y la mejora en el control de las
semillas
han aumentado enormemente las cosechas por unidad de superficie, a
cambio estas semillas se han vuelto más sensibles a plagas y
enfermedades, lo que conlleva una necesidad de estos últimos mayor por
parte del agricultor; Prueba de ello es el resurgimiento de antiguas
variedades, muy resistentes a las enfermedades y plagas, por su
rusticidad. Al mismo tiempo, la mecanización ha reducido la exigencia de
mano de obra. Las
cosechas
son generalmente menores en los países más pobres, al carecer del
capital, la tecnología y los conocimientos científicos necesarios.
La agricultura moderna depende enormemente de la
tecnología y las ciencias físicas y biológicas. La
irrigación,
el drenaje, la conservación y la sanidad, que son vitales para una
agricultura exitosa, exigen el conocimiento especializado de ingenieros
agrónomos. La química agrícola, en cambio, trata con la aplicación de
fertilizantes,
insecticidas y
fungicidas, la reparación de suelos, el análisis de productos agrícolas, etc.
Las variedades de
semillas
han sido mejoradas hasta el punto de poder germinar más rápido y
adaptarse a estaciones más breves en distintos climas. Las semillas
actuales pueden resistir a
pesticidas capaces de exterminar a todas las plantas verdes. Los
cultivos hidropónicos,
un método para cultivar sin tierra, utilizando soluciones de nutrientes
químicos, pueden ayudar a cubrir la creciente necesidad de producción a
medida que la población mundial aumenta.
Otras técnicas modernas que han contribuido al desarrollo de la
agricultura son las de empaquetado, procesamiento y mercadeo. Así, el
procesamiento de los alimentos, como el congelado rápido y la
deshidratación han abierto nuevos horizontes a la comercialización de
los productos y aumentado los posibles mercados.
Simbología
La agricultura se representa del mismo modo que a la diosa
Ceres, coronada de espigas, con un
arado al lado y un arbusto que empieza a florecer. Algunas veces tiene un
cuerno de la abundancia lleno de toda clase de frutos y ambas manos sobre una pala o
azada. Otros la pintan apoyada sobre el
Zodiaco,
para significar que las estaciones arreglan los trabajos de la
agricultura y revestida de un ropaje verde, símbolo de la esperanza.
En algunas
medallas
es representada con una mujer que tiene echados a sus pies un león y un
toro, el uno emblema de la tierra y el otro, de la labranza. En una
piedra grabada de la
biblioteca del Vaticano,
se ve representada la Agricultura por Psiquis, apoyándose, en una pala
como trabajo en que el alma encuentra lugar para la meditación. El genio
de la Agricultura se simboliza por medio de uu niño desnudo, de una
fisonomía risueña y coronado de
adormideras; en una mano tiene un manojo de
espigas y en la otra un racimo de uvas.
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