lunes, 10 de febrero de 2014

FUENTES DE AGUA Y TIPOS DE RIEGOS

Cuando se organiza un huerto es importante planificar el sistema de riego,  porque la forma de regar determina la forma de sembrar y plantar. Si el  riego es con manguera puedes sembrar en superficie plana con un borde de casi un palmo de altura en su contorno exterior para que retenga el  agua. Si el riego es por inundación, tendrás que hacer un sistema de  caballones o lomos. Si trabajas con bancales necesitas un sistema fijo  de riego por goteo.
Algunas plantas necesitan mas agua que otras. En la planificación tienes que  tener esto muy en cuenta. Un exceso de riego puede crear problemas de  podredumbres y hongos parásitos. La falta de agua supone una merma en el desarrollo vegetal y torna las plantas duras y con tendencia a  espigarse o montar en flor.
El agua que utilices para el riego puede venir de ríos, pozos, del grifo, un depósito o directamente del cielo.


Ríos y arroyos
Es una buena forma de regar los huertos, pero muchas veces no tienes esta  fuente de agua a tu alcance. No necesitas bombas de agua en la mayoría  de los casos. Si el río o arroyo pasa cerca del huerto puedes tomar el  agua desde el punto más alto y con el mismo desnivel puedes tener la  presión necesaria para regar. Haces una arqueta al lado del río, de  manera que el agua entra a través de un filtro y sale por una manguera  que llevas hasta varias tomas por el huerto, con sus correspondientes  grifos y mangueras flexibles o tubos de goteo.
Las aguas destinadas al riego deben ser puras, ya que un agua contaminada o con exceso de sal o cloro, dañará las plantas considerablemente en la  producción.
Pozos
Suelen ser aguas subterráneas con alto contenido en cal. Muchos de estos pozos están por debajo de los 100 metros de profundidad y el agua se extrae  por medio de bombas eléctricas o de gasoil y de instalaciones de  mangueras hasta la zona destinada al riego.
Depósitos artificiales
Se construyen con hormigón o son de fibra y se sitúan en sitios elevados, a fin de obtener la presión necesaria para regar. Los depósitos de fibra  se deben de montar sobre bases estables, niveladas y bien limpias, o de  lo contrario al ser llenados de agua podrían sufrir roturas por el peso  sobre la base.
Si la fuente de agua está más elevada, es mucho más fácil llenar estos  depósitos, pero si está por debajo del nivel del depósito habrá que  bombearla.
Riego por inundación
Es el clásico riego que inunda los surcos o caballones y que suele venir a través de canales creados expresamente. Para este tipo de riego hay que disponer de abundante agua, ya que se malgasta mucha. Es ideal para el  riego de arrozales, patatas, tomates, pimientos, berenjenas, judías,  lechugas etc., pero no adecuado para plantas medicinales
Riego por mangueras
Este método de riego es muy sencillo, y tan sólo requiere una buena  instalación con mangueras enterradas rígidas, unas cuantas tomas de agua o grifos con mangueras flexibles. Te permite regar el huerto a tu  gusto, pudiendo poner el agua en el lugar que deseas. Es conveniente que la manguera llegue sin problemas a todos los lugares del huerto.
Riego por goteo
Este método es por mangueras o tubos fijos con goteros intercalados cada 30 o 40 cm, goteando el agua solo en los sitios necesarios. Es un buen  sistema en zonas de alta temperatura y si dispones de pocos recursos de  agua. Puedes ahorrarte mucho tiempo y agua a la hora de tener que regar.
El sistema de riego por goteo con un sencillo programador de riego (de  venta en tiendas de jardinería) puede ser conectado a un grifo y las  plantas solo se riegan entre 15 y 30 minutos cada día o entre media hora y una hora cada dos días. Este sistema tiene la ventaja adicional de  que te permite ausentarte durante largos períodos sin que por ello  sucumban los cultivos por falta de riego.
Riego por aspersión
Este tipo de riego se basa en unos aparatos que disparan el agua a presión  hacia arriba, dando vueltas continuamente y regando un radio que  dependerá de la presión del agua. Es apto para cultivos como maíz,  patatas, cebollas, guisantes y habas, pero nefasto para cultivos de  tomates, pimientos, berenjenas, judías, calabacines y plantas  medicinales.
Se malgasta mucha agua, ya que con el calor se vapora mucha antes de llegar a las raíces de las plantas.
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¿Cuando regar?
En otoño- invierno

El riego se realizará durante las horas más cálidas del día, para evitar  que durante la noche la planta sufra más daño con las heladas. Si el  ambiente está húmedo con un par de veces a la semana será suficiente  para conseguir que las plantas germinen.

Si hemos sembrado al inicio del otoño y nuestro objetivo es que los  alumnos tengan la cosecha antes de que empiece el invierno, será  necesario regar más, para que las plantas se desarrollen con rapidez.  Eso dependerá en gran medida del clima del entorno.
En nuestro huerto conectamos el sistema de riego media hora, dos día a la semana, si no llueve. Si llueve no es necesario regar.

En primavera-verano

Cuando las plantas comienzan a crecer, necesitan más aporte hídrico. Regaremos lo suficiente para que el terreno esté húmedo pero no encharcado. No es necesario mucha agua, puesto que mantenemos el suelo de los bancales  cubierto con paja, que impide la evaporación del agua de riego y el terreno se apelmace. Se puede conectar el sistema de riego unos minutos cada día, si no llueve.

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